Los guerreros germánicos emulaban la audacia de sus dioses Odín y Thor y se les tenía por contrarios fieros, valientes y orgullosos. Según Tácito, los guerreros seguían a sus líderes por voluntad propia antes que por imposición tribal, y existía un fuerte código de honor y lealtad: <
Era un honor morir en el campo de batalla, algo que casi otorgaba al guerrero un estatus divino. Aquellos que morían por otras causas iban al infierno, mientras que quienes lo hacían guerreando iban a la sala de Odín, o Valhalla, donde pasaban los días luchando y las noches festejando. Las valquirias, temibles espíritus femeninos sedientos de sangre, bajaban de los cielos a lomos de sus caballos para llevarse a los caídos al Valhalla, donde les servían comida e hidromiel. Cuando llegara el Ragnarök, estos guerreros llamados 'Einheirar' seguirían a su líder, Odín, a la batalla final.
Valhalla y leyendas vikingas, bildstenar (piedra tallada), anterior al año 1000, Gotland, Suecia. El Valhalla era el mayor de los 12 salones de Asgard. Algunas historias cuentan que el techo estaba hecho de escudos superpuestos y que tenía 500 puertas.
Se dice que que los bersekers eran guerreros salvajes a los que, en el fragor de la batalla, Odín volvía inmunes al dolor, e incluso podían transformarse en animales o asumir sus características. Queda claro entonces la gran influencia de estos dioses en los guerreros germánicos, veamos ahora un poco más de cerca la figura de Thor.
Thor y su martillo
Thor era el dios principal de los mitos de la antigua Escandinavia. Actuaba como protector cosmogónico de hombres y dioses por igual. Como tal, en muchos de los relatos estaba inspirado en el héroe griego y romano Heracles o Hércules, a pesar de que en las traducciones germánicas de los días de la semana romanos se le consideraba el equivalente a Zeus o Júpiter, el cabeza de los dioses de la mitología clásica. Todo parece indicar que se le veneraba con profusión como dios del rayo y el trueno, así como de la meteorología en general.
La popularidad de Thor se hace patente en el uso extremadamente frecuente de su nombre en la formación de muchos nombres escandinavos, tales como Thorleif y Thorlakr. También ha sobrevivido en muchos cuentos populares cristianizados de san pedro. En las áreas germánicas del sur se le conocía por el nombre de Donar, los anglosajones lo llamaban Thunor, y en la Gran Bretaña de la época vikinga (siglos VIII-XI) se le solía denominar Thur o Thor, según la forma nórdica del nombre.
En Suecia, en los siglos X y XI, Thor y su martillo se convirtieron en símbolos paganos que se utilizaron en contraposición a Jesús y la cruz, y varias lápidas de esta época pagan tardía o bien lucen un martillo o invocan a Thor para "bendecir estas runas".
Y con esto terminamos por hoy, para la próxima actualización os relataré el mito más largo narrado sobre Thor, el de su expedición a Utgard, que también será el capítulo más extenso de nuestra lección de historia sobre la mitología nórdica pero que, a buen seguro, os encantará leer.
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Nota. Parte de la información de esta serie de capítulos podréis encontrarla en el libro Mythology: Myths, Legends and Fantasies de Global Book Publishing, una gran obra para introduciros en la mitología en general de las culturas de todo el mundo.
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